Por que te abates, oh alma mía, Y porque te turbas dentro de Mí?, espera en Dios, por que aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío.
Sal.42:11
Casi siempre nos ocurre esto, nuestra alma se turba, se confunde y muchas veces se afana por las cosas de este mundo, el salmista se pregunta de si mismo por que te abates alma mía, en Fil.4:6, se nos manda ha no afanarnos por nada sino ha venir delante del Señor y poner por medio de la oración nuestras cargas y peticiones, cuando reparamos en el hecho de entender que somos seres humanos y que somos insuficientes ante cualquier adversidad que con nuestros afanes y angustias no le añadiremos ni un codo a nuestra estatura, nos damos cuenta que necesitamos a Dios, el único que puede aquietar nuestra alma en medio de la angustia, Dios es nuestra salvación nuestra fortaleza en cada instante de nuestros días, no dudes en venir al él, el problema es que casi siempre nuestros ojos se velan frente a un problema y no nos permiten ver que Dios esta en control y que tiene cuidado de nuestro turbado corazón, te animo a mirar tu problema a través de Jesucristo y darte cuenta que tu problema no es tan grande como parece, por el contrario Dios es mas grande que tu problema.
no se turbe tu corazón espera en Dios.