09 Jun
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Es un elemento clave en la profecía bíblica que involucra el regreso de Jesucristo a la tierra: la construcción del Tercer Templo de Jerusalén. Un movimiento en Israel está trabajando para que esto ocurra.

El 7 de junio de 1967, una brigada israelí comandada por Motta Gur hizo un anuncio que los judíos habían esperado oír durante unos dos mil años.




“El Monte del Templo está en nuestras manos. El Monte del Templo está en nuestras manos”, dijo Gur.
Retomar este templo fue importante por varias razones. Por un lado, es donde el rey Salomón construyó el Primer Templo judío. Después de que los babilonios lo destruyeron, Zorobabel puso la primera piedra para un Segundo Templo, que más tarde fue ampliado por el rey Herodes. Después, cayó en el 70 d.C., en manos de los romanos. Cuando el comandante Gur declaró que el Monte del Templo estaba de vuelta en manos judías, reavivó la esperanza por un Tercer Templo tan esperado.

“La Guerra de los Seis Días fue un milagro de proporciones bíblicas y fue una apertura para una nueva era para Israel y el mundo entero”, dice Rabí Chaim Richman, Instituto del Templo.

El rabí Chaim Richman, del Instituto del Templo, está dedicado a la reconstrucción del templo judío. Él lo ve desde la Guerra de los Seis Días como un cambio profético.

“Sería difícil no ver lo que ha sucedido en los últimos cincuenta años como un hecho tremendo; no sólo cumpliendo la profecía, sino por ser un tremendo salto, un tremendo avance, más que profético, es como un beso del cielo. Un beso divino, es como un pincel íntimo con la realidad, de la compasión y el amor de Dios que cumple sus promesas”, comenta Richman.

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